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Y nuevamente alzando mis ojos vi cuatro carruajes de guerra que salían de entre las dos montañas; y las montañas eran montañas de bronce.
En el primer carruaje de guerra había caballos rojos; y en el segundo, caballos negros;
Y en el tercero, caballos blancos; y en el cuarto, caballos pintos.
Y respondí y le dije al ángel que me estaba hablando: ¿Qué son estos, mi señor?
Y el ángel, respondiendo, me dijo: Estos salen a los cuatro vientos del cielo desde su lugar delante del Señor de toda la tierra.
El carruaje en el que están los caballos negros va en dirección al norte del país; los blancos van al oeste; y los pintos van en dirección al sur del país.
Y los rojos van al este; y pidieron que subieran y bajaran por la tierra; y él dijo: Sube y baja por la tierra. Entonces subieron y bajaron por la tierra.
Entonces clamando a mí, dijo: Mira, los que van al norte del país han dado descanso al espíritu del Señor en el norte del país.
Y vino a la palabra del Señor, diciendo:
10 Tome las ofrendas de los que se fueron como prisioneros, de Heldai, Tobías y Jedaias, y de la familia de Josías, el hijo de Sofonías, que han venido de Babilonia;
11 Y toma plata y oro y haz una corona y ponla sobre la cabeza de Zorobabel;
12 Y dile: Estas son las palabras del Señor de los ejércitos: Mira, el hombre cuyo nombre es Renuevo, brotará de sus propias raíces y edificará el templo del Señor.
13 Y él será el constructor del Templo del Señor; y la gloria será suya, y él tomará su lugar como gobernante en el asiento del poder, y será sacerdote de su trono y habrá consejo de paz entre ambos.
14 Y la corona será para Heldai y Tobías y Jedaias y el hijo de Sofonías, para mantener su memoria viviendo en la casa del Señor.
15 Y los que están lejos vendrán y serán constructores en el Templo del Señor, y les quedará claro que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ustedes. Esto sucederá si con diligencia obedecen la voz del Señor su Dios.