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Entonces Sisinnes, gobernador de Coelesyria y Fenicia, y Sathrabuzanes, con sus compañeros, siguiendo los mandatos del rey Darío, supervisaron con mucho cuidado la obra santa, ayudando a los ancianos de los judíos y a los administradores del templo. Así prosperó la obra santa, mientras los profetas Aggeo y Zacarías profetizaban. Ellos terminaron estas cosas por mandato del Señor, el Dios de Israel, y con el consentimiento de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de los persas. La Casa Sagrada fue terminada el día veintitrés del mes de Adar, en el sexto año del rey Darío. Los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que volvieron del cautiverio, que se unieron a ellos, hicieron lo que estaba escrito en el libro de Moisés. Para la dedicación del templo del Señor, ofrecieron cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y doce machos cabríos por el pecado de todo Israel, según el número de los doce príncipes de las tribus de Israel. Los sacerdotes y los levitas estaban vestidos con sus vestimentas, según su parentela, para los servicios del Señor, el Dios de Israel, según el libro de Moisés. Los porteros estaban en cada puerta.
10 Los hijos de Israel que salieron del cautiverio celebraron la Pascua el día catorce del primer mes, cuando los sacerdotes y los levitas se santificaron juntos, 11 con todos los que volvieron del cautiverio; porque fueron santificados. Pues los levitas se santificaban todos juntos, 12 y ofrecían la Pascua por todos los que volvían del cautiverio, por sus parientes los sacerdotes y por ellos mismos. 13 Comían los hijos de Israel que habían salido del cautiverio, todos los que se habían apartado de las abominaciones de las naciones del país y buscaban al Señor. 14 Celebraron la fiesta de los panes sin levadura durante siete días, regocijándose ante el Señor, 15 porque él había cambiado el consejo del rey de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en las obras del Señor, el Dios de Israel.