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Hermanos, aunque un hombre sea sorprendido en alguna falta, vosotros, que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre, mirándoos a vosotros mismos para que tampoco seáis tentados. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque si uno se cree algo cuando no es nada, se engaña a mismo. Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá razón para gloriarse en mismo, y no en otro. Porque cada uno llevará su propia carga.
Pero el que es enseñado en la palabra, comparta todo lo bueno con el que enseña.
No te engañes. Dios no se burla, porque todo lo que el hombre siembra, eso también cosechará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne cosechará corrupción. Pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque cosecharemos a su tiempo si no nos damos por vencidos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos los hombres, y especialmente a los de la familia de la fe.
11 Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propia mano. 12 Todos los que desean causar una buena impresión en la carne os obligan a circuncidaros, para no ser perseguidos por la cruz de Cristo. 13 Pues incluso los que reciben la circuncisión no guardan ellos mismos la ley, sino que desean que os circuncidéis para presumir en vuestra carne. 14 Pero lejos está de el gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para , y yo para el mundo. 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Todos los que andan por esta regla, la paz y la misericordia sean con ellos, y con el Israel de Dios.
17 A partir de ahora, que nadie me cause problemas, porque llevo las marcas del Señor Jesús marcadas en mi cuerpo.
18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.