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“¡Ven! Volvamos a Yahvé;
porque nos ha hecho pedazos,
y nos curará;
nos ha perjudicado,
y vendará nuestras heridas.
Después de dos días nos revivirá.
Al tercer día nos resucitará,
y viviremos ante él.
Reconozcamos a Yahvé.
Sigamos adelante para conocer a Yahvé.
Tan seguro como que sale el sol,
Yahvé aparecerá.
Vendrá a nosotros como la lluvia,
como la lluvia de primavera que riega la tierra”.
 
“Efraín, ¿qué voy a hacer contigo?
Judá, ¿qué voy a hacer contigo?
Porque tu amor es como una nube matutina,
y como el rocío que desaparece pronto.
Por eso los he despedazado con los profetas;
Los maté con las palabras de mi boca.
Sus juicios son como un relámpago.
Porque yo quiero misericordia y no sacrificio;
y el conocimiento de Dios más que los holocaustos.
Pero ellos, como Adán, han roto el pacto.
Allí me fueron infieles.
Galaad es una ciudad de los que obran la iniquidad;
está manchada de sangre.
Como las bandas de ladrones esperan para emboscar a un hombre,
así que la compañía de sacerdotes asesina en el camino hacia Siquem,
cometiendo crímenes vergonzosos.
10 En la casa de Israel he visto una cosa horrible.
Hay prostitución en Efraín.
Israel está contaminado.
 
11 También, Judá, hay una cosecha señalada para ti,
cuando restablezca la fortuna de mi pueblo.