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En el año dieciocho, a los veintidós días del mes primero, se habló en la casa de Nabucodonosor, rey de los asirios, de que debía vengarse de toda la tierra, tal como él hablaba. Convocó a todos sus siervos y a todos sus grandes hombres, y les comunicó su consejo secreto, y con su propia boca contó la maldad de toda la tierra. Decretaron destruir toda carne que no siguiera la palabra de su boca.
Cuando terminó su consejo, Nabucodonosor, rey de los asirios, llamó a Holofernes, el jefe de su ejército, que era su segundo, y le dijo: “El gran rey, el señor de toda la tierra, dice: ‘He aquí que tú saldrás de mi presencia, y llevarás contigo a hombres que confían en su fuerza, a ciento veinte mil hombres de a pie y doce mil caballos con sus jinetes. Y saldrás contra todo el país occidental, porque han desobedecido el mandamiento de mi boca. Les dirás que preparen tierra y agua, porque saldré con mi ira contra ellos y cubriré toda la faz de la tierra con los pies de mi ejército, que los saqueará. Sus muertos llenarán sus valles y arroyos, y el río se llenará de sus muertos hasta desbordarse. Los llevaré como cautivos a los confines de toda la tierra. 10 Pero tú saldrás y tomarás primero todas sus costas para mí. Si se someten a ti,* entonces debes reservármelas hasta el día de su reprensión. 11 En cuanto a los que se resistan, tu ojo no los perdonará, sino que los entregarás para que los maten y los saqueen en toda tu tierra. 12 Porque vivo yo, y por el poder de mi reino, he hablado, y haré esto con mi mano. 13 Además, no transgredirás nada de los mandamientos de tu señor, sino que los cumplirás con toda seguridad, como yo te he ordenado. No te aplazarás para cumplirlos”.
14 Entonces Holofernes salió de la presencia de su señor y convocó a todos los gobernadores, los capitanes y los oficiales del ejército de Asur. 15 Contó a los hombres elegidos para la batalla, como su señor le había ordenado, a ciento veinte mil, con doce mil arqueros a caballo. 16 Los dispuso como se ordena una gran multitud para la guerra. 17 Tomó camellos, asnos y mulas para su equipaje, una multitud muy grande, y ovejas, bueyes y cabras sin número para su provisión, 18 y una gran cantidad de raciones para cada hombre, y una enorme cantidad de oro y plata de la casa del rey. 19 Salió, él y todo su ejército, de viaje, para ir delante del rey Nabucodonosor, y para cubrir toda la faz de la tierra hacia el oeste con sus carros, jinetes y gente de a pie escogida. 20 Una gran compañía de diversas naciones salió con ellos como langostas y como la arena de la tierra. Porque no podían ser contados a causa de su multitud.
21 Partieron de Nínive a tres días de camino hacia la llanura de Béctil, y acamparon desde Béctil cerca del monte que está a la izquierda de la Alta Cilicia. 22 Tomó todo su ejército, su gente de a pie, su caballería y sus carros, y partió de allí hacia la región montañosa, 23 y destruyó a Put y a Lud, y saqueó a todos los hijos de Rasses y a los hijos de Ismael, que estaban a lo largo del desierto, al sur de la tierra de los quelios. 24 Pasó el Éufrates y atravesó la Mesopotamia, y destruyó todas las ciudades altas que estaban sobre el río Arbonai, hasta llegar al mar. 25 Se apoderó de los límites de Cilicia y mató a todos los que se le resistían, y llegó a los límites de Jafet, que estaban hacia el sur, frente a Arabia. 26 Rodeó a todos los hijos de Madián, incendió sus tiendas y saqueó sus rediles. 27 Descendió a la llanura de Damasco en los días de la cosecha de trigo, incendió todos sus campos, destruyó por completo sus rebaños y manadas, saqueó sus ciudades, asoló sus llanuras e hirió a todos sus jóvenes a filo de espada.
28 Y el temor y el miedo a él cayeron sobre los que vivían en la costa del mar, sobre los que estaban en Sidón y Tiro, los que vivían en Sur y Ocina, y todos los que vivían en Jemnaan. Los que vivían en Azoto y Ascalón le temían mucho.
* 2:10 Gr. Ellos cederán... y tú te reservarás.