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Si, pues, los siete afines despreciaron los problemas hasta la muerte, se admite por todas partes que la recta razón es dueña absoluta de las emociones. Pues igual que si hubieran comido de lo impío como esclavos de las emociones, habríamos dicho que habían sido vencidos por ellas. Ahora no es así. Pero por medio del razonamiento que es alabado por Dios, ellos dominaron sus emociones. Es imposible pasar por alto el liderazgo de la reflexión, pues obtuvo la victoria tanto sobre las emociones como sobre los problemas. ¿Cómo, entonces, podemos evitar según estos hombres el dominio de las emociones por medio del razonamiento correcto, ya que no se apartaron de las penas del fuego? Porque así como por medio de las torres que se proyectan frente a los puertos los hombres rompen las olas amenazantes, y así aseguran un curso tranquilo a las naves que entran en el puerto, así el recto razonamiento de siete torres de los jóvenes, asegurando el puerto de la religión, conquistó la tempestad de las emociones. Pues habiendo dispuesto un santo coro de piedad, se animaban unos a otros, diciendo: “Hermanos, muramos fraternalmente por la ley. Imitemos a los tres jóvenes de Asiria que despreciaron el horno igualmente afligido. 10 No seamos cobardes en la manifestación de la piedad”. 11 Uno dijo: “¡Ánimo, hermano!” y otro: “¡Resiste noblemente!” 12 Otro dijo: “Acuérdate de la estirpe que tienes”, y por la mano de nuestro padre Isaac soportó ser muerto por causa de la piedad. 13 Unos y otros, mirándose serenos y confiados, dijeron: “Sacrifiquemos de todo corazón nuestras almas a Dios, que las dio, y empleemos nuestros cuerpos en el cumplimiento de la ley. 14 No temamos al que piensa que mata; 15 porque grande es la prueba del alma y el peligro del tormento eterno que les espera a los que transgreden el mandamiento de Dios. 16 Armémonos, pues, en el dominio propio, que es el razonamiento divino. 17 Si sufrimos así, Abraham, Isaac y Jacob nos recibirán, y todos los padres nos elogiarán. 18 Mientras cada uno de los parientes era arrastrado, el resto exclamó: “¡No nos deshonres, oh hermano, ni falsifiques a los que murieron antes que tú!”
19 Ahora bien, no ignoras el encanto de la hermandad, que la divina y sapientísima Providencia ha impartido a través de los padres a los hijos, y ha engendrado a través del vientre de la madre. 20 En el que estos hermanos, habiendo permanecido un tiempo igual, y habiendo sido formados durante el mismo período, y habiendo sido aumentados por la misma sangre, y habiendo sido perfeccionados a través del mismo principio de vida, 21  y habiendo sido criados a intervalos iguales, y habiendo mamado leche de los mismos manantiales, por lo que sus almas fraternales son criadas amorosamente juntas, 22 y aumentan más poderosamente a causa de esta crianza simultánea, y por la compañía diaria, y por otra educación, y el ejercicio en la ley de Dios.
23 Constituido así el amor fraternal, los siete parientes tenían una armonía mutua más simpática. 24 Porque al ser educados en la misma ley, y al practicar las mismas virtudes, y al ser criados en un curso de vida justo, aumentaron esta armonía entre ellos. 25 Porque el mismo ardor por lo que es justo y honorable aumentó su buena voluntad y armonía entre ellos. 26 Pues actuando junto con la religión, les hacía más deseable el sentimiento fraternal. 27 Y, sin embargo, aunque la naturaleza, el compañerismo y la moral virtuosa aumentaban su amor fraternal, los que quedaban soportaban ver a sus parientes, que eran maltratados por su religión, torturados incluso hasta la muerte.