112
¡Alabado sea Yah! *
Bendito es el hombre que teme a Yahvé,
que se deleita mucho en sus mandamientos.
Su descendencia será poderosa en la tierra.
La generación de los rectos será bendecida.
En su casa hay riquezas y tesoros.
Su justicia es eterna.
La luz amanece en la oscuridad para los rectos,
misericordioso y justo.
Al hombre que hace un trato amable y presta le va bien.
Mantendrá su causa en el juicio.
Porque nunca será sacudido.
Los justos serán recordados para siempre.
No tendrá miedo de las malas noticias.
Su corazón es firme y confía en Yahvé.
Su corazón está establecido.
No tendrá miedo al final cuando vea a sus adversarios.
Ha dispersado, ha dado a los pobres.
Su justicia es eterna.
Su cuerno será exaltado con honor.
10 Los impíos lo verán y se afligirán.
Crujirá los dientes y se derretirá.
El deseo de los malvados perecerá.
* 112:1 El Salmo 112 es un poema acróstico, en el que cada verso, después del “¡Alabado sea Yah!” inicial, comienza con una letra del alfabeto (ordenada de Alef a Tav).