Sabiduría de Jesús hijo de Sirácide,
o
Eclesiástico
Sabiduría de Jesús Hijo del Eclesiástico, también llamada Eclesiástico, está reconocida como Escritura Deuterocanónica por las Iglesias Católica Romana, Ortodoxa Griega y Ortodoxa Rusa.
El Prólogo de la Sabiduría de Jesús Hijo del Sirácide.
CONSIDERANDO que son muchas y grandes las cosas que nos han sido entregadas por la ley y los profetas, y por los demás que han seguido sus pasos, por lo que debemos alabar a Israel por la instrucción y la sabiduría; y puesto que no sólo los lectores deben llegar a ser hábiles ellos mismos, sino que también los que aman la enseñanza deben ser capaces de aprovechar a los que están fuera, tanto hablando como escribiendo; mi abuelo Jesús, habiéndose entregado mucho a la lectura de la ley, y de los profetas, y de los demás libros de nuestros padres, y habiendo adquirido gran familiaridad con ellos, se vio también impulsado a escribir algo relativo a la instrucción y a la sabiduría, a fin de que los que aman la enseñanza, y se dedican a estas cosas, puedan progresar mucho más viviendo según la ley. Se os ruega, por tanto, que leáis con agrado y atención, y que nos perdonéis si en algunas partes de lo que nos hemos esforzado en interpretar, parece que fallamos en algunas de las frases. Porque las cosas originalmente dichas en hebreo no tienen la misma fuerza cuando se traducen a otra lengua. No sólo éstas, sino la misma ley, y las profecías, y el resto de los libros, tienen no poca diferencia, cuando se hablan en su idioma original. Porque habiendo llegado a Egipto en el año treinta y ocho del rey Energetes, y habiendo permanecido allí algún tiempo, encontré una copia que daba no poca instrucción. Por lo tanto, me pareció muy necesario aplicar cierta diligencia y trabajo para traducir este libro, aplicando ciertamente mucha vigilancia y habilidad en ese espacio de tiempo para llevar el libro a su fin y publicarlo también para ellos, que en la tierra de sus viajes están deseando aprender, preparando su carácter por adelantado, para vivir de acuerdo con la ley.
1
1 Toda sabiduría viene del Señor,
y está con él para siempre.
2 Quién puede contar la arena de los mares,
las gotas de lluvia,
y los días de la eternidad?
3 Que buscará la altura del cielo,
la anchura de la tierra, la profundidad,
¿y la sabiduría?
4 La sabiduría ha sido creada antes que todas las cosas,
y el entendimiento de la prudencia desde siempre.
5
6 ¿A quién se le ha revelado la raíz de la sabiduría?
¿Quién ha conocido sus sagaces consejos?
7
8 Hay un sabio, muy temible,
sentado en su trono: el Señor.
9 Él la creó.
La vio y la midió.
La derramó sobre todas sus obras.
10 Ella está con toda la carne según su don.
La entregó gratuitamente a los que le aman.
11 El temor del Señor es la gloria, la exaltación,
alegría, y una corona de regocijo.
12 El temor del Señor deleitará el corazón,
y dará alegría, gozo y duración de los días.
13 Quien teme al Señor, le irá bien al final.
Será bendecido en el día de su muerte.
14 Temer al Señor es el principio de la sabiduría.
Fue creado junto con los fieles en el vientre materno.
15 Ella puso un fundamento eterno con los hombres.
Se confiará en ella entre sus descendientes.
16 Temer al Señor es la plenitud de la sabiduría.
Embriaga a los hombres con sus frutos.
17 Ella llenará toda su casa de cosas deseables,
y sus almacenes con sus productos.
18 El temor del Señor es la corona de la sabiduría,
haciendo que florezca la paz y la salud perfecta.
19 La vio y la midió.
Llovió la habilidad y el conocimiento de la comprensión,
y exaltó el honor de los que la sostienen.
20 Temer al Señor es la raíz de la sabiduría.
Sus ramas tienen una duración de días.
21
22 La ira injusta nunca puede ser justificada,
porque su ira inclina la balanza hacia su caída.
23 El hombre paciente resistirá por un tiempo,
y después le brotará la alegría.
24 Él ocultará sus palabras hasta el momento oportuno,
y los labios de muchos hablarán de su entendimiento.
25 En los tesoros de la sabiduría hay un dicho sabio;
pero la piedad es una abominación para un pecador.
26 Si deseas la sabiduría, guarda los mandamientos
y el Señor te la dará gratuitamente;
27 porque el temor del Señor es sabiduría e instrucción.
La fe y la humildad son su buen gusto.
28 No desobedezcas el temor del Señor.
No vengas a él con un doble corazón.
29 No seas hipócrita a la vista de los hombres.
Vigila tus labios.
30 No te exaltes,
para que no caigas y traigas la deshonra a tu alma.
El Señor revelará sus secretos
y te arrojará en medio de la congregación,
porque no llegaste al temor del Señor
y tu corazón estaba lleno de engaños.