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La sentencia
¡Oigan esto, sacerdotes! ¡Atiendan, oh Casa de Israel! Presten atención, oh casa real. A ustedes afecta esta sentencia, porque fueron trampa en Mizpa, red tendida en la montaña Tabor, y fosa cavada en Sitim. Yo los castigaré a todos.
Conozco a Efraín, e Israel no se me oculta. Tú, Efraín, incitaste a la prostitución, e Israel se contaminó. Sus obras no los dejan volver a su ʼElohim, porque un espíritu de prostitución está dentro de ellos, y no conocen a Yavé.
La soberbia de Israel testifica contra él mismo. Israel y Efraín tropezaron en su pecado, y Judá tropezará con ellos. Con sus rebaños y manadas de ganado vacuno Irán a buscar a Yavé, pero no lo hallarán. Él se apartó de ellos. Ellos traicionaron a Yavé, porque engendraron hijos ilegítimos. Ahora los devorará la luna nueva junto con su tierra.
¡Toquen la trompeta en Gabaa y la trompeta en Ramá! ¡Toquen la alarma en Bet-avén! ¡Detrás de ti, oh Benjamín! Efraín será asolado el día del castigo. Entre las tribus de Israel declaro lo que es seguro. 10 Los gobernantes de Judá son como los que desplazan linderos. Derramaré mi ira sobre ellos como el agua. 11 Efraín está oprimido, sus derechos violados, porque quiso seguir mandatos. 12 Yo seré, pues, como polilla a Efraín, y como carcoma a la Casa de Judá.
13 Cuando Efraín vio su enfermedad, y Judá miró su llaga, entonces Efraín fue a Asiria y acudió al rey Jareb. Pero él no puede sanarlos, ni curar su llaga. 14 Porque Yo seré como un león para Efraín, y como un leoncillo para la Casa de Judá. Yo, Yo mismo haré presa y me iré. La llevo, y no hay quien me la quite. 15 Me iré y regresaré a mi lugar hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su aflicción me buscarán sinceramente.