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Humillación del Santo de Yavé
Yavé dice: ¿Dónde está la carta de divorcio con la cual repudié a su madre? ¿O, a cuál de mis acreedores la vendí? Ciertamente, por sus iniquidades fueron vendidos. Su madre fue repudiada por sus transgresiones. ¿Por qué cuando Yo vengo no hay alguien y cuando llamo nadie responde? ¿Se acortó mi mano para redimir? ¿No tengo ya fuerza para salvar? En verdad, por mi reprensión se seca el mar. Convierto los ríos en desierto. Sus peces mueren de sed y hieden por la falta de agua. Yo cubro el cielo de oscuridad. Lo cubro de luto.
ʼAdonay Yavé me dio la lengua de los entendidos para que yo sepa hablar una palabra adecuada al cansado. Cada mañana me despierta. Cada mañana despierta mi oído para que escuche como el entendido. ʼAdonay Yavé me abrió el oído. No fui rebelde ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me azotaban y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No aparté mi rostro de ofensas y escupitajos, porque ʼAdonay Yavé me ayuda. Por tanto, no me avergoncé. Por eso presenté mi rostro como un pedernal y que no seré avergonzado. Cerca de mí está el que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Comparezcamos juntos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Que se acerque a mí. Ciertamente ʼAdonay Yavé me ayudará. ¿Quién me condenará? En verdad todos ellos envejecerán como una ropa. La polilla los comerá.
10 ¿Quién de ustedes teme a Yavé y escucha la voz de su esclavo? El que ande en oscuridad y carezca de luz confíe en el Nombre de Yavé y apóyese en su ʼElohim. 11  En verdad todos ustedes encienden fuego y se rodean de antorchas. Anden a la luz de su fuego. Les vendrá esto de las antorchas que encendieron de mi mano: Estarán tendidos en tormento.