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Profecía sobre el destino final de Babilonia
Palabra de Yavé que vino al profeta Jeremías con respecto a Babilonia y la tierra de los caldeos: Anúncienlo entre las naciones y proclámenlo. Levanten la bandera, publíquenlo, y no lo encubran. Digan: ¡Capturada es Babilonia! Bel es avergonzado, Merodac está desecho. Sus esculturas son avergonzadas y sus ídolos están destrozados. Porque desde el norte llega contra ella una nación que convertirá su tierra en una desolación. No hay hombre ni animal que viva en ella. Huyen y se van.
En esos días y en ese tiempo, dice Yavé, llegarán juntos los hijos de Israel y los hijos de Judá. Andarán con llanto y buscarán a Yavé su ʼElohim. Preguntarán por el camino a Sion con sus caras hacia esa dirección. Vendrán para unirse a Yavé en un Pacto eterno que no será olvidado.
Mi pueblo fue un rebaño perdido, sus pastores lo descarriaron. Lo dejaron vagar por las montañas y se olvidaron de su redil. Todos los que las hallaban, las devoraban. Sus enemigos decían: No hacemos mal, porque pecaron contra Yavé, Morada de justicia, contra Yavé, la Esperanza de sus antepasados.
Huyan de en medio de Babilonia y de la tierra de los caldeos. Sean también como machos cabríos delante del rebaño. Porque ciertamente Yo levanto en el norte una alianza de poderosas naciones contra Babilonia. Ellas formarán sus líneas de batalla contra ella y la tomarán. De allí será llevada cautiva. Sus flechas son como las de un diestro guerrero que no regresa con las manos vacías. 10  Caldea será saqueada.
Todo el que la saquée quedará satisfecho, dice Yavé, 11  porque ustedes están alegres. Porque ustedes están jubilosos, oh saqueadores de mi heredad. Se alegraron y se gozaron. Ahora retozas como novilla en el prado y relinchas como los caballos. 12  Tu madre será grandemente avergonzada. Será humillada la que los dio a luz. ¡Ahí está, convertida en la última de las naciones, en un desierto, un sequedal y tierra árida! 13  Por la ira de Yavé quedará deshabitada, en una total desolación. Todo el que pase por Babilonia, silbará de asombro por todas sus calamidades. 14  ¡Alisten sus líneas de batalla contra Babilonia por todos lados! Los que entesan el arco: ¡Dispárenle flechas! ¡No escatimen flechas! Porque pecó contra Yavé. 15  ¡Lancen el grito de batalla contra ella en todos lados! Ella se rindió. Sus columnas cayeron. Sus muros son derribados. Porque ésta es la venganza de Yavé. Tomen venganza de ella. Como ella hizo, háganle a ella. 16  Corten de Babilonia al sembrador y al que empuña la hoz en la cosecha. Huyan de la espada destructora, cada uno a su gente y a su tierra natal.
17  Israel es rebaño descarriado, acosado por leones. Primero el rey de Asiria lo devoró, luego lo deshuesó Nabucodonosor, rey de Babilonia.
18 Por tanto Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: Miren, Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria. 19  E impulsaré a Israel para que vuelva a su prado. Pacerá en la montaña Carmelo y en Basán para que sacie su vida en la región montañosa de Efraín y en Galaad. 20  En aquellos días y en aquel tiempo, dice Yavé, la iniquidad de Israel será buscada y no será hallada. Los pecados de Judá serán buscados y no serán hallados, porque Yo perdonaré a los que dejo como un remanente.
21  Sube contra la tierra de Merataim y contra los habitantes de Pecod. Mátalos y destrúyelos absolutamente. Haz todo lo que te ordene, dice Yavé. 22  ¡Hay en la tierra estruendo de batalla y gran destrucción! 23  ¡Cómo es cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo es Babilonia un objeto de horror entre las naciones! 24  ¡Oh Babilonia, te tendí una trampa, y sin darte cuenta caíste en ella! Fuiste hallada y también atrapada, porque contendiste contra Yavé.
25  Yavé abrió su arsenal y sacó las armas de su ira. Porque es una tarea de ʼAdonay Yavé de las huestes en la tierra de los caldeos. 26 ¡Arremetan contra ella desde el más remoto confín! ¡Abran los graneros de ella! ¡Hagan de ella pilas de escombros y destrúyanla totalmente! ¡Que nada quede de ella! 27 Maten todos sus becerros a filo de espada. Bajen todos al matadero. ¡Ay de ellos porque llegó el tiempo de su castigo! 28 La voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia anuncia en Sion la retribución de Yavé nuestro ʼElohim: La venganza de su Templo.
29  ¡Convoquen contra Babilonia a los arqueros, a todos los que entesan arco. Acampen alrededor de ella y que no haya escape! Páguenle según su obra. Como ella hizo, háganle a ella, porque se ensoberbeció contra Yavé, contra el Santo de Israel. 30  Por eso aquel día sus jóvenes caerán en sus calles, y todos sus guerreros serán destruidos, dice Yavé.
31  Ciertamente Yo estoy contra ti, oh arrogante, dice Adonay YAVE de los ejercitos, porque tu día llego, el tiempo en que te castigaré. 32  La soberbia se tambaleará y caerá, y nadie la levantará. Encenderé un fuego en sus ciudades de tal modo que devorará todo alrededor de ella.
33  Yavé de las huestes dice: Los hijos de Israel y los hijos de Judá sufren juntos la opresión. Todos los que los tomaron cautivos los tienen fuertemente sujetados, y se niegan a soltarlos. 34  Pero su Redentor es el Fuerte. Yavé de las huestes es su Nombre. Él defenderá por completo la causa de ellos, a fin de dar descanso a la tierra y perturbación a los habitantes de Babilonia.
35  Una espada contra los caldeos, los habitantes de Babilonia, sus oficiales y sus sabios, dice Yavé. 36  Una espada contra sus adivinos, para que ellos se vuelvan necios. Una espada contra sus valientes, y que sean quebrantados. 37  Una espada contra sus caballos y sus carruajes, y contra los extranjeros que están en medio de ella, y que sean como mujeres. Una espada contra sus tesoros, y que sean saqueados. 38  Una sequía contra sus ríos, y que sean secados. Porque es una tierra de ídolos y están locos por sus horribles ídolos.
39  Por tanto las fieras del desierto habitarán allí con los chacales. También los avestruces estarán en ella. Nunca más será habitada para siempre, ni será poblada de generación en generación. 40  Como cuando ʼElohim destruyó a Sodoma y Gomorra y sus ciudades vecinas, donde no hay habitante ni vive algún hombre, dice Yavé.
41  Miren, un pueblo viene del norte, y una nación grande. Muchos reyes se levantan de las partes más remotas de la tierra. 42  Empuñan arco y lanza. Son crueles e implacables. Su voz ruge como el mar, y cabalgan en formación de guerra contra ti, oh hija de Babilonia. 43  El rey de Babilonia oye el informe y sus manos se debilitan. La angustia se apodera de él y siente dolores como de parturienta. 44  Ciertamente uno viene como un león que sube de la espesura del Jordán a la vivienda fortificada. Porque muy pronto lo hago huir de ella, y al que Yo escoja, la encargaré. Porque ¿quién es semejante a ? ¿Quién me desafía? ¿Cuál es el pastor que pueda resistirme?
45 Por tanto oigan el plan que Yavé tiene contra Babilonia y lo que se propone contra los caldeos: Ciertamente los arrastrarán fuera como corderos del rebaño y su prado será desolado a causa de ellos. 46 La tierra es estremecida ante el clamor: ¡Babilonia es capturada! El clamor es oído entre las naciones. Se estremece la tierra por la caída de Babilonia, y el clamor es oído entre las naciones.