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Sexta y séptima visiones
Volví a levantar la vista, y al mirar, vi un rollo que volaba. Y me preguntó: ¿Qué ves?
Respondí: Veo un rollo que vuela, de nueve metros de largo y cuatro y medio de ancho.
Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale por toda la superficie de la tierra. Ciertamente de ahora en adelante, según lo escrito en un lado, todo el que roba será echado fuera, y el que jura, según lo escrito en el otro lado, será echado fuera.
Yo lo hice salir, dice Yavé de las huestes, y entrará en la casa del ladrón, y en la casa del que jura falsamente por mi Nombre. Pasará la noche dentro de esa casa hasta que su madera y sus piedras se consuman.
Una caja para medir 22 litros
El Ángel que hablaba conmigo salió y me dijo: Levanta ahora tus ojos y mira qué es lo que sale.
Y pregunté: ¿Qué es?
Y respondió: Es una caja que sale para medir 22 litros. Dijo además: Esta es la apariencia de ellos en toda la tierra. Vi que una tapa de plomo fue levantada, y había una mujer sentada en medio de la caja. Y dijo: Esta es la maldad. La echó dentro de la caja y puso la tapa de plomo sobre su abertura.
Luego levanté mis ojos y miré. Vi dos mujeres con alas como de cigüeña, quienes salían con el viento en sus alas. Levantaron la caja de medir entre la tierra y el cielo. 10 Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan la caja de medir?
11 Y me respondió: A edificarle templo en tierra de Sinar, para que cuando esté listo sea puesta allí en su lugar.