25
Oh Jehová, eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre; porque has hecho maravillas, tus consejos antiguos son fidelidad y verdad.
Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el palacio de extranjeros para que no sea ciudad; nunca más será reedificada.
Por esto te glorificará el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes terribles.
Porque has sido fortaleza al pobre, fortaleza al necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como tormenta contra el muro.
Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube, harás marchitar el renuevo de los violentos.
Y en esta montaña Jehová de los ejércitos hará a todos los pueblos un banquete de grosuras, banquete de vinos añejos, de gruesos tuétanos, y de vinos añejos bien refinados.
Y destruirá en esta montaña la máscara con la que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que está extendido sobre todas las naciones.
Sorberá a la muerte en victoria; y el Señor Jehová enjugará toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.
Y se dirá en aquel día: He aquí, Éste es nuestro Dios, en Él hemos esperado, y Él nos salvará; Éste es Jehová; en Él hemos esperado, estaremos alegres y nos regocijaremos en su salvación.
10 Porque la mano de Jehová reposará en esta montaña, y Moab será hollado debajo de Él, como es hollada la paja en el muladar.
11 Y Él extenderá sus manos en medio de ellos, como las extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia junto con el despojo de sus manos.
12 Y allanará la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.