43
Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa contra una nación impía: Líbrame del hombre engañoso e injusto.
Pues queeres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán, me conducirán a tu monte santo, y a tus tabernáculos.
Entonces iré al altar de Dios, al Dios alegría de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, mi Dios.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de ? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.