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Y RESPONDIÓ Elifaz Temanita, y dijo:
¿Si proferirá el sabio vano conocimiento, y henchirá su vientre de viento solano?
¿Disputará con palabras inúti­les, y con razones sin provecho?
Tú también disipas el temor, y menoscabas la oración delante de Dios.
Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.
Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti.
¿Nacisteprimero que Adam? ¿o fuiste formado antes que los collados?
¿Oíste tú el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabidu­ría?
¿Qué sabesque no sepamos? ¿qué entiendes que no se halle en nosotros?
10 Entre nosotros también hay cano, también hay viejo mucho mayor en días que tu padre.
11 ¿En tan poco tienes las conso­laciones de Dios? ¿tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?
12 ¿Por qué te enajena tu cora­zón, y por qué guiñan tus ojos,
13 Pues haces frente a Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?
14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, y que se justifi­que el nacido de mujer?
15 He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos:
16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, que bebe la iniquidad como agua?
17 Escúchame; yo te mostraré y te contaré lo que he visto:
18 (Lo que los sabios nos conta­ron de sus padres, y no lo encu­brieron;
19 A los cuales solos fue dada la tierra, y no pasó extraño por medio de ellos:)
20 Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, y el núme­ro de años es escondido al vio­lento.
21 Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la paz le vendrá quien lo asuele.
22 Él no creerá que ha de volver de las tinieblas, y está mirando a la espada.
23 Desasosegado a comer siem­pre, sabe que le está aparejado día de tinieblas.
24 Tribulación y angustia le asombrarán, y esforzaránse con­tra él como un rey apercibido para la batalla.
25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se esforzó contra el Todopoderoso,
26 Él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos:
27 Porque cubrió su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre los ijares;
28 Y habitó las ciudades asola­das, las casas inhabitadas, que estaban puestas en montones.
29 No enriquecerá, ni será firme su potencia, ni extenderá por la tierra su hermosura.
30 No se escapará de las tinie­blas: la llama secará sus ramos, y con el aliento de su boca perece­rá.
31 No confíe el iluso en la vani­dad; porque ella será su recom­pensa.
32 Él será cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no rever­decerán.
33 Él perderá su agraz como la vid, y derramará su flor como la oliva.
34 Porque la sociedad de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá los tabernáculos de sobor­no.
35 Concibieron dolor, y parieron iniquidad; y las entrañas de ellos meditan engaño.