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Aleluya.
ALABAD, siervos del SEÑOR, alabad el nombre del SEÑOR.
Sea el nombre del SEÑOR bendito, desde ahora y para siempre.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre del SEÑOR.
Alto sobre todas las naciones es el SEÑOR; sobre los cielos su gloria.
¿Quién como el SEÑOR nues­tro Dios, que ha enaltecido su habitación,
Que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra?
Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del estiércol,
Para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.
Él hace habitar en familia a la estéril, gozosa en ser madre de hijos. Alabad al SEÑOR.