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Salmo de David.
ALABARTE he con todo mi corazón: delante de los dioses te cantaré alabanzas.
Adoraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu mise­ricordia y tu verdad: porque has magnificado tu palabra sobre todo tu nombre.
En el día que clamé, me res­pondiste; esforzásteme con forta­leza en mi alma.
Confesarte han, oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra, cuan­do habrán oído los dichos de tu boca.
Y cantarán de los caminos del SEÑOR: que la gloria del SEÑOR es grande.
Porque el alto SEÑOR atiende al humilde; mas al altivo mira de lejos.
Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás: con­tra la ira de mis enemigos exten­derás tu mano, y salvaráme tu diestra.
El SEÑOR perfeccionará lo que me toca: tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre; no desampares las obras de tus manos.