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Al Músico principal: Cántico: Salmo.
ACLAMAD a Dios con alegría, toda la tierra:
Cantad la gloria de su nombre: poned gloria en su alabanza.
Decid a Dios: ¡Cuán terribles tus obras! Por lo grande de tu for­taleza te mentirán tus enemigos.
Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu nombre. Selah.
Venid, y ved las obras de Dios, terrible en hechos sobre los hijos de los hombres.
Volvió el mar en seco; por el río pasaron a pie; allí en él nos alegramos.
Él se enseñorea con su fortale­za para siempre: sus ojos atala­yan sobre las naciones: los rebeldes no serán ensalzados. Selah.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
Él es el que puso nuestra alma en vida, y no permitió que nues­tros pies resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios: ensayástenos como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red; pusiste apretura en nuestros lomos.
12 Hombres hiciste subir sobre nuestra cabeza; entramos en fuego y en aguas, y sacástenos a abundancia.
13 Entraré en tu casa con holo­caustos: te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios, y habló mi boca, cuando angus­tiado estaba.
15 Holocaustos de cebados te ofreceré, con perfume de carne­ros: sacrificaré bueyes y machos cabríos. Selah.
16 Venid, oid todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17 A él clamé con mi boca, y ensalzado fue con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me oyera.
19 Mas ciertamente me oyó Dios; atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su miseri­cordia.