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Y SUCEDIÓ después de estas cosas que alguien dijo a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo sus dos hijos Manasés y Efraím.
Y alguien contó a Jacob, dicien­do: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y sentóse sobre la cama;
Y Jacob dijo a José: El Dios Todopoderoso me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo,
Y díjome: He aquí, yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pon­dré por estirpe de pueblos: y daré esta tierra a tu simiente después de ti por heredad perpetua.
Y ahora tus dos hijos Efraím y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que vinie­se a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; y por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.
Y en cuanto a , cuando yo venía de Padan, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, cuando había todavía un pequeño camino para llegar a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belem.
Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado en este lugar. Y él dijo: Allégalos ahora a , y los bendeciré.
10 Y los ojos de Israel estaban tan agravados de la vejez, que no podía ver. Hízoles, pues, llegar a él, y él los besó y abrazó.
11 Y dijo Israel a José: No pen­saba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu simiente.
12 Entonces José los sacó de entre sus rodillas, e inclinóse a tierra.
13 Y tomólos José a ambos, Efraím a su diestra, a la sinies­tra de Israel; y a Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; e hízoles llegar a él.
14 Entonces Israel extendió su diestra, y púsola sobre la cabeza de Efraím, que era el menor, y su siniestra sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.
15 Y bendijo a José, y dijo: El Dios en cuya presencia anduvie­ron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
16 El Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos mozos: y mi nombre sea llamado en ellos, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac: y multipliquen en gran manera en medio de la tierra.
17 Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraím, cau­sóle esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Efraím a la cabeza de Manasés.
18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el pri­mogénito; pon tu diestra sobre su cabeza.
19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo , hijo mío, lo : también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será pleni­tud de naciones.
20 Y bendíjolos aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraím y como a Manasés. Y puso a Efraím delante de Manasés.
21 Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero, mas Dios será con vosotros, y os hará volver a la tie­rra de vuestros padres.
22 Y yo te he dado a ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.