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Y RESPONDIÓ Elifaz temanita, y dijo:
¿Traerá el hombre provecho a Dios, porque el sabio sea prove­choso a mismo?
¿Tiene su contentamiento el Todopoderoso en que tú seas jus­tificado, o provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?
¿Castigaráte acaso, o vendrá contigo a juicio porque te teme?
Por cierto tu malicia es grande, y tus maldades no tienen fin.
Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa, e hiciste desnudar las ropas de los desnu­dos.
No diste de beber agua al can­sado, y detuviste el pan al ham­briento.
Pero el hombre pudiente tuvo la tierra; y habitó en ella el distinguido.
Las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fue­ron quebrados.
10 Por tanto hay lazos alrededor de ti, y te turba espanto repenti­no;
11 O tinieblas, porque no veas; y abundancia de agua te cubre.
12 ¿No está Dios en la altura del cielo? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
13 ¿Y dirás : Qué sabe Dios? ¿cómo juzgará por medio de la oscuridad?
14 Las nubes son su escondede­ro, y no ve; y por el circuito del cielo se pasea.
15 ¿Quieres tú guardar la senda antigua, que pisaron los hombres perversos?
16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo, cuyo fundamen­to fue como un río derramado:
17 Que decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Todopoderoso?
18 Habíales él henchido sus casas de bienes. Pero el consejo de los impíos sea lejos de mí.
19 Verán los justos y se gozarán; y el inocente los escarnecerá, diciendo:
20 Por cuanto nuestra sustancia no es cortada, pero el fuego consume el remanente de ellos.
21 Amístate ahora con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.
22 Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.
23 Si te tornares al Todopoderoso, serás edificado; alejarás de tus tabernáculos la iniquidad;
24 Y tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir;
25 Y el Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata a monto­nes.
26 Porque entonces te deleitarás en el Todopoderoso, y alzarás a Dios tu rostro.
27 Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos.
28 Determinarás asimismo una cosa, y serte ha firme; y sobre tus caminos resplandecerá luz.
29 Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá: y Dios salvará al humilde de ojos.
30 Él libertará la isla del inocen­te; y por la limpieza de tus manos será librada.