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“¡Vamos! Volvamos al Señor. Él nos ha hecho pedazos, pero ahora nos sanará; nos ha derribado, pero pondrá vendas en nuestras heridas. En dos días nos sanará, y después de tres días nos levantará para que podamos vivir en su presencia. Conozcamos al Señor; procuremos conocerlo y él se aparecerá frente a nosotros como el sol brillante. Él vendrá a nosotros tan ciertamente como la lluvia de la primavera que riega la tierra”.
¿Qué hare con Efraín,* y Judá? El amor que me profesan desaparece como la niebla al amanecer, y se desvanece como el rocío de la mañana. Por eso los he reducido a través de los profetas y los destruí con mis palabras. Mi juicio resplandece como la luz. Quiero que me ofrezcan amor verdadero y no sacrificios; quiero que me conozcan, y no que me traigan holocaustos.
Pero ustedes, como Adán, quebrantaron nuestro acuerdo, y me fueron infieles. Gilead es una ciudad de gente malvada, donde se pueden rastrear las huellas de sangre. Los sacerdotes son como una cuadrilla de bandidos, esperando a un lado del camino a que pasen los viajeros para tenderles una emboscada. Cometen asesinatos en Siquem, y cometen grandes crímenes. 10 He visto algo aborrecible en la casa de Israel: Efraín se ha prostituido e Israel se ha corrompido sexualmente. 11 Y en lo que tiene que ver contigo, Judá, ha llegado tu tiempo de cosechar lo que has sembrado. Cuando restaure la fortuna de mi pueblo,§
* 6:4 Efraín representaba al rey del norte de Israel, y Judá representaba al sur. 6:7 Literalmente, “pacto”. 6:10 Las imágenes de prostitución e inmoralidad sexual se usan para describir el adulterio espiritual de Israel al seguir a otros dioses. § 6:11 Esta última frase se toma mejor con el comienzo del siguiente capítulo.