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Para el director del coro. Según la melodía de “No destruir”. Un salmo (mictam) de David.
1 Líderes, ¿hablan ustedes con rectitud? ¿Realmente juzgan a la gente de forma justa?
2 No, porque en sus mentes planean el mal. ¡Causan violencia por todas partes!
3 Los malvados son pecadores desde el nacimiento; desde el momento en que son dados a luz dicen mentiras.
4 Tienen veneno como de una serpiente venenosa, y al igual que una cobra dejan de escuchar,
5 rehusándose a escuchar la voz de los encantadores y los hechiceros.
6 Dios, rompe sus dientes, y quiebra los colmillos de estos leones, Señor.
7 Que se desvanezcan como el agua que fluye lejos; que cuando disparan sus arcos pierdan su blanco.
8 Que sean como la baba de los caracoles que se disuelve, como un niño que no nació y nunca vio la luz del día.
9 Antes de que la olla de espinos ardientes se caliente, sea que estén frescos o secos, Dios los esparcirá.
10 Los que viven con rectitud se alegrarán cuando vean que hay un castigo; lavarán sus pies en la sangre de los malvados.
11 Dirán, “Definitivamente hay un premio para aquellos que viven haciendo el bien; ciertamente hay un Dios que juzga de forma justa sobre la tierra”.