31
La vigilia que viene de las riquezas consume la carne,
y la ansiedad por ello le quita el sueño.
La ansiedad de los despiertos ansía el sueño.
En una enfermedad grave, el sueño se romperá.
 
Un hombre rico se afana en reunir dinero.
Cuando descansa, se llena de sus cosas buenas.
Un hombre pobre se esfuerza en la falta de sustancia.
Cuando descansa, se vuelve necesitado.
El que ama el oro no será justificado.
El que sigue la destrucción se saciará de ella.
Muchos se han entregado a la ruina por el oro.
Su destrucción los encuentra cara a cara.
Es una piedra de tropiezo para los que se sacrifican por ella.
Cualquier tonto se dejará llevar por ella.
Bienaventurado el rico que es hallado irreprochable,
y que no va tras el oro.
¿Quién es él, para que lo llamemos bienaventurado?
Porque ha hecho cosas maravillosas en su pueblo.
10 ¿Quién ha sido probado por ella y encontrado perfecto?
Entonces que se jacte.
¿Quién ha tenido el poder de transgredir y no ha transgredido?
¿Y hacer el mal, y no lo ha hecho?
11 Su prosperidad estará asegurada.
La congregación proclamará su limosna.
 
12 ¿Te sientas en una gran mesa? No seas codicioso allí.
No digas: “¡Hay mucha comida!”
13 Recuerda que un ojo codicioso es una cosa malvada.
¿Qué se ha creado más codicioso que un ojo?
Por ello, derrama lágrimas de todos los rostros.
14 No estires la mano por donde quiera que mire.
No te empujes con ella en el plato.
15 Considera los sentimientos de tu prójimo por los tuyos propios.
Sea discreto en todos los puntos.
16 Come como un ser humano lo que se te pone delante.
No comas con avidez, no sea que te odien.
17 Sé el primero en parar por educación.
No seas insaciable, no vaya a ser que te ofendas.
18 Y si te sientas entre muchos,
No extiendas la mano ante ellos.
 
19 Que suficiente para un hombre bien educado es muy poco.
No respira con dificultad en su cama.
20 El sueño saludable proviene de una alimentación moderada.
Se levanta temprano, y su ingenio está con él.
El dolor de la vigilia, los cólicos,
y las quejas son con un hombre insaciable.
21 Y si te han obligado a comer,
levántate en medio de ella, y tendrás descanso.
22 Escúchame, hijo mío, y no me desprecies,
y al final apreciarás mis palabras.
En todos tus trabajos sé hábil,
y ninguna enfermedad vendrá a ti.
 
23 La gente bendice al que es liberal con su comida.
El testimonio de su excelencia será creído.
24 La ciudad murmurará del que es tacaño con su comida.
El testimonio de su tacañería será preciso.
 
25 No te muestres valiente en el vino,
porque el vino ha destruido a muchos.
26 El horno prueba el temple del acero por inmersión;
así el vino pone a prueba los corazones en la disputa de los soberbios.
27 El vino es tan bueno como la vida para los hombres,
si se bebe con moderación.
¿Qué vida hay para un hombre que no tiene vino?
Ha sido creado para alegrar a los hombres.
28 El vino se bebe en su momento y con moderación
es la alegría del corazón y el gozo del alma:
29 El vino bebido en exceso es la amargura del alma,
con la provocación y el conflicto.
30 La embriaguez aumenta la rabia del necio para su perjuicio.
Disminuye la fuerza y añade heridas.
 
31 No reprendas a tu vecino en un banquete de vino.
No lo desprecies en su alegría.
No le digas ni una palabra de reproche.
No le angusties exigiéndole nada.