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LOS proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.
Los tesoros de maldad no serán de provecho: mas la justicia libra de muerte.
El SEÑOR no dejará padecer hambre al alma del justo: mas arrojará la sustancia de los impíos.
La mano negligente hace pobre: pero la mano de los dili­gentes enriquece.
El que recoge en el verano es hijo sabio: pero el que duerme en el tiem­po de la siega es hijo que aver­güenza.
Bendiciones están sobre la cabeza del justo: pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
La memoria del justo será ben­dita: pero el nombre de los impí­os se pudrirá.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos: pero el necio que habla locuras caerá.
El que camina en integridad, anda confiado: pero el que per­vierte sus caminos, será descubierto.
10 El que guiña del ojo acarrea tristeza; pero el necio de labios será castigado.
11 Vena de vida es la boca del justo: pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
12 El odio despierta rencillas: pero la caridad cubrirá todos los pecados.
13 En los labios del entendido se halla sabiduría: pero la vara es para la espalda del falto de entendi­miento.
14 Los sabios guardan el conocimiento: pero la boca del necio es cala­midad cercana.
15 Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; la destrucción de los pobres es su pobreza.
16 La obra del justo es para vida; pero el fruto del impío es para pecado.
17 El camino de vida es del que guarda la instrucción: pero el que deja la reprensión, yerra.
18 El que encubre el odio tiene labios mentirosos, y el que habla calumnia, es necio.
19 En las muchas palabras no falta pecado: pero el que refrena sus labios es sabio.
20 La lengua del justo es como plata escogida: pero el entendimiento de los impíos es como nada.
21 Los labios del justo alimen­tan a muchos: pero los necios por falta de entendimiento mueren.
22 La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y no añade tris­teza con ella.
23 El hacer mal es como diversión al insensato; pero el hombre de entendimiento tiene sabiduría.
24 A lo que el impío teme, eso le vendrá: pero a los justos les será dado lo que desean.
25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece: pero el justo, es fundamento perpetuo.
26 Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.
27 El temor del SEÑOR aumen­tará los días: pero los años de los impíos serán acortados.
28 La esperanza de los justos es alegría; mas la expectativa de los impíos perecerá.
29 El camino del SEÑOR es fortaleza al recto: pero destrucción a los que hacen iniquidad.
30 El justo nunca jamás será removido: pero los impíos no habitarán la tierra.
31 La boca del justo producirá sabiduría: pero la lengua perversa será cortada.
32 Los labios del justo saben lo que es aceptable: pero la boca de los impíos habla perversidades.