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Cántico gradual: de David.
A NO haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel;
A no haber estado el SEÑOR por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
Vivos nos habrían entonces tra­gado, cuando se encendió su furor en nosotros.
Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente:
Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
Bendito el SEÑOR, que no nos dio por presa a sus dientes.
Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores: que­bróse el lazo, y escapamos noso­tros.
Nuestro socorro es en el nom­bre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.